Diferentes motivos de la pérdida de pelo de nuestra mascota.
Es entrar en la primavera o el otoño y llega la hora de dar la bienvenida a la época más temida para los que tenemos mascotas, la muda.
Pensábamos que nuestra pequeña al tener el pelo corto el tema de la muda sería mejor, pero hemos de decir que no ha sido así.
Sabíamos que llegaría este temido momento y estábamos concienciados de que habrían pelos por casa desde el momento en que decidimos tener mascota, y ha sido acercarse el otoño e ir empezando a encontrar pequeños pelos negros y blancos, principalmente en su cama y al terminar del baño.
Es lógico que deben de prepararse para las épocas más frías y más calurosas. Pero después de informarnos debemos decir que no siempre la caída es por la muda estacional.
Existen diferentes motivos importantes por la caída del pelaje a tener en cuenta, la alimentación sería uno de ellos, posibles problemas de salud o bien problemas genéticos.
Observando que dicha caída sea en su estación correspondiente, que no existan calvas, rojeces o erupciones no tendríamos problema alguno.
En nuestro caso ha sido llegar la primera muda y coincidir con un problema de salud para nuestra mala suerte, lo que parece ser una reacción alérgica a su collar antiparasitario. Que con la supervisión médica y un tratamiento adecuado no tiene que ir a más en principio.
¿Qué hacer cuando hay una muda excesiva?
Un buen cepillado diario, con el que no sólo ayudarás a que se le caiga en menor cantidad sino que le ayudarás a tenerlo su suave y limpio.
Una buena alimentación, completa y correcta cargada de proteínas e ingredientes variados necesarios para una buena salud de su piel y su pelaje.
Añade a su dieta multivitamínicos, siendo específicamente para pelo y piel, como complemento alimentario que aporten omegas, y aceites grasos esenciales muy beneficiosos para los problemas capilares.
Un buen baño, con productos específicos para la caída, hipo alergénicos para evitar picazón y posibles alergias cutáneas.
Y por último una buena revisión del rascado excesivo para controlar posibles infestaciones de pulgas, provocando el rascado pertinente y la posterior caída.
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