La larga espera
Pasaban los días, y la situación con el Covid-19 seguía siendo muy dura, en pleno confinamiento nos iban llegando nuevas noticias, con ello las ganas e ilusión de nuestro peque iba creciendo de manera exponencial y a su misma vez nos iba contagiando esa impaciencia de tenerla pronto en casa junto a él.
En el seguimiento a distancia, pudimos verla mamando con el resto de sus hermanos, durmiendo plácidamente panza arriba entre ellos tras estar hartos de mamar. Vimos como se desplazaba rectando cual pequeña tortuga de mar en la arena de camino al agua.
Básicamente al principio era sólo eso comer y dormir en el cálido regazo de su madre y hermanos .
Mientras tanto, nos iban llegando poco a poco todo aquello que fuimos encargando para la llegada de Bella, y guardamos en la espera para que no le fuese a faltar nada.
Seguían pasando los días y nos informaban que en sus visitas al veterinario había ido todo muy bien, con su primera vacuna inclusive sin ninguna reacción, hacía bastante peso por semana con lo que debía de ser una buena tragona.
Al tiempo, nos llega un vídeo en la que aparece comiendo ella sola por primera vez, lo que parece ser pienso húmedo, y no parecía hacerle mucho asco la verdad, en él pudimos apreciar sus primeros pasos sin rectar y a pesar de la suciedad de dicha comilona logramos verla con lujo de detalles, y pensamos que cada vez estaba más cerca el día de poder ir a por ella o por el contrario si el Covid no nos le permitiera, que nos la trajesen a casa, pero todo apuntaba en principio se podría viajar entre provincias para esas fechas.


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