La educación como base principal.
Una buena educación, es el pilar fundamental para obtener un buen comportamiento. Y como en todo se empieza de pequeños, cuando llegan a nuestra casa siendo un cachorro.
Para ello lo ideal sería tener una buena rutina, bien marcada, con ella vamos evitando que cometa errores y vamos guiando a su misma vez. Poco a poco iremos premiando cuando su comportamiento sea el adecuado.
Debemos de pensar que llegan de seguir los pasos de su madre y hermanos, correteando, jugando a su libre antojo, a un nuevo lugar, sin el amparo y el calor de los suyos a los que estaban acostumbrados.
Un lugar cargado de normas, que queremos que aprendan de momento, lo requiere su tiempo. Cierto es que hay que tener límites y ciertas normas para que nos obedezcan y consigan entender quien toma las decisiones en casa.
Nuestros pasos guiarán los suyos.
Comenzaremos con no saludarlos con mucho entusiasmo al llegar a casa si no queremos que cuando haya visita la atosigue nada más llegar.
En el momento que haya un mal comportamiento, no mostrar importancia alguna, por el contrario hacer más hincapié en los buenos comportamientos para ir reforzándolos.
Hay que armarse de paciencia y tranquilidad cuando veamos una mala acción o ignoren nuestras órdenes.
Evitando a toda costa tanto gritos como cambios de decisiones para no llegar a confundir, asustar o estresar.
Debemos distraer y motivar en la medida de lo posible, para hacerle sentir querido, útil y no se llegue a aburrir. Una manera sencilla sería buscando y recogiendo objetos escondidos por la casa, acompañándonos en nuestras tareas diarias y por supuestos en nuestras salidas.
El acostumbrarlos a salir en coche con pequeños trayectos, nos facilitará futuros viajes ayudándoles a perder el miedo, viajando de manera más cómoda y segura a su vez.
Un buen aseo con los baños, cortes de uñas en su debido tiempo, limpieza de ojos y oídos junto a un buen cepillado diario.
Y una última cosa, los juguetes son nuestros, y no de ellos. Se lo podemos hacer saber estando fuera de su alcance y seremos nosotros quienes se los ofreceremos en ciertos momentos del día. Además de ayudarle en su educación no permite tener la casa más recogida evitando posibles enfados.
Básicamente es su aprendizaje como el nuestro. De esta manera tendremos a nuestra mascota felizmente educada.
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